Campeones de Europa en 2012, subcampeones de Europa en 2010, 2013 y 2014, terceros en el europeo de 2011, terceros en el mundial de 2012 o cuartos en el mundial de 2011 son solo algunos de los éxitos de la selección nacional de pesca con mosca.
Puede que no sea el deporte más conocido o el que más gente atrae pero el mundo de la pesca cuenta con un catálogo muy amplio de modalidades. Entre ellas se encuentra la pesca con mosca, una de las más exigentes, tanto dentro como fuera del río, sobre todo, a nivel competitivo. Pero hablar de pesca con mosca en España y, más a nivel competitivo, es hacerlo de nombres propios, de tres pescadores considerados por muchos los mejores en este deporte: Pablo Castro, David Arcay y Jordi Oliveras.
Se podría decir que son a la pesca con mosca en España lo que Rafa Nadal al tenis, Fernando Alonso a la Fórmula 1 o Iker Casillas al fútbol, sin embargo ellos no ganan millones ni pueden vivir de lo que más les gusta, la pesca con mosca, pese a haber llevado a este deporte a lo más alto de Europa y el mundo. Tres pescadores que nos descubren la situación actual de la pesca con mosca en competición.
David Arcay es el más joven de los tres pero como él mismo afirma “hay algunos jóvenes que ya llevamos mucho tiempo compitiendo y pescando y ya se nos podría llamar veteranos pese a nuestra corta edad”. Este coruñés de 23 años lleva más de veinte pescando, en competición empezó primero en el mar, en pequeños campeonatos de A Coruña, ya con doce años, entró a formar parte del club de pesca deportiva
Salmo y a competir a mosca. Su palmarés en estos doce años es superado por muy pocos, tanto en la etapa juvenil como en la sénior pero David destaca varios títulos “los dos campeonatos de España juveniles y un cuarto puesto en un mundial de los cuatro a los que asistí, y de la etapa sénior, campeón del Selectivo Nacional dos veces consecutivas en 2010 y 2011 y, por supuesto,
campeón del Mundo en 2012”.
Jordi Oliveras es uno de los veteranos, un pescador ejemplar y un referente para muchos pescadores. Lleva 21 de sus 45 años pescando a mosca, 18 de ellos compitiendo y, al igual que David, ha logrado numerosos títulos. Y, aunque asegura que para él todos son importantes, recuerda con especial cariño cuando se proclamó campeón de España y logró un quinto puesto en el mundial y un cuarto puesto en el europeo, y a nivel de equipos los dos oros y tres platas en europeos en
2010,
2013 y
2014 y la plata y tres bronces de los mundiales, títulos que le satisfacen más que los individuales ya que son compartidos con otros competidores y amigos.
Jordi Oliveras con una trucha común/ Fuente: cedida por Jordi Oliveras
El leonés, Pablo Castro, es un pescador incansable y otro de los veteranos en competición con 46 años. Lleva desde los cinco años con una caña en la mano y, aunque estuvo diez años sin pescar mientras vivió en Bilbao, eso no le impidió llegar a ser uno de los mejores pescadores de España. En los 18 años que lleva compitiendo, ha logrado una
extensa lista de éxitos, entre los que cabría destacar campeón de Europa en 2013, cuarto del mundo en 2011, campeón de España en 2007, ocho veces campeón del Open de España de Clubes…
Una situación difícil
Pero los éxitos, el esfuerzo y la persistencia de estos pescadores (y de otros muchos) no les permiten vivir de la pesca con mosca ni tienen el reconocimiento que tienen otros deportes. A día de hoy se puede vivir de la pesca, mediante la realización de cursos, una tienda de materiales de pesca o, incluso, montando moscas pero es muy difícil. De lo que no se puede vivir es de la competición como apunta Arcay, “lamentablemente no se puede vivir de la pesca de competición, es más, la competición te quita mucho tiempo y dinero de otras cosas también importantes en la vida. Creo que si viviéramos en otros países, sobre todo, en América sí podríamos vivir de ello, pero en España no”. Y es que, en otros países este deporte tiene mucho más reconocimiento tanto público como económico, países como Francia, República Checa, Inglaterra o Estados Unidos. “Aquí está reconocida públicamente por nosotros, los pescadores y competidores, pero no por los medios. Y económicamente estamos a años luz de incluso de países menos desarrollados que nosotros, cosa que es bastante triste”, lamenta Arcay. Aunque, Pablo Castro no opina igual y asegura que hay pocos países donde la pesca realmente esté reconocida, “sin duda, somos los pescadores igual que otros deportes minoritarios los grandes olvidados. Yo hablo con competidores de otros países y tienen problemas parecidos a los nuestros”. Situación de olvido la de la pesca con mosca en muchos países pero, especialmente, en España donde mucha gente desconoce la existencia de este deporte.
David Arcay en el Máster de Valencia/ Fuente: Estefanía Gómez
Hubo tiempos mejores, sobre todo, en lo económico, ahora la pesca de competición se ve azotada por la crisis como otros muchos deportes, “los problemas económicos del país se ven también reflejados en la pesca y quizás estemos en uno de los peores momentos en temas organizativos por la falta de recursos. Sin embargo, diría que estamos en un gran momento de pescadores de calidad en la Alta Competición”, relata David. Situación similar a la de otros deportes que, pese al
impacto de la crisis, siguen proporcionando éxitos al deporte español. Aunque las dificultades no son pocas, ya que son ellos, los deportistas, los que tienen que hacer frente a la mayoría de los gastos de las competiciones como declara David, “ahora mismo las federaciones no se hacen cargo de la totalidad de los gastos. En estos momentos acudir a un campeonato del mundo significa desembolsar unos 1000-1200 euros de nuestro bolsillo, cosa que no favorece nada a la hora de ser competitivos, ya que si ese mismo dinero lo destináramos a un entrenamiento en el propio escenario del evento, y no a pagar el viaje, los resultados serían muy positivos”. De esta manera, a día de hoy, son muy pocos los beneficios de ser deportista de Alta Competición, para David, solo proporciona el privilegio de clasificarse para un campeonato internacional, ya sea mundial o europeo, y Jordi asegura que lo único positivo es que al estar en lo más alto es más fácil encontrar el patrocinio de alguna marca.
Problemas y polémicas
La competición vive un momento de pesimismo pese a ello, Arcay, Castro y Oliveras compiten al más alto rendimiento (al igual que sus compañeros, como Ander Pérez,
subcampeón de Europa este año), nada ni nadie les impide mantenerse en lo más alto porque llevan la competición en las venas. Cinco meses condensan las competiciones más importantes de este deporte; entre mayo y septiembre los pescadores que compiten en esta modalidad tienen que hacer frente a competiciones a nivel provincial, regional, nacional e internacional al máximo nivel porque el mínimo despiste puede suponer que abandonen la élite de la pesca con mosca española. Aunque esa cuestión es algo polémica, ya que en los últimos años algunos pescadores aseguran que la Alta Competición está monopolizada por los mismos pescadores y es muy difícil acceder a ella, algo que corrobora David pero en un sentido positivo “los que mantienen la categoría año tras año es casi siempre porque lo merecen. Si hablamos de los equipos que acuden a los campeonatos internacionales puede haber distintas opiniones ya que dos plazas de las cinco las otorga la Federación”, aunque como sentencia Jordi, “si están allí, será por algo, serán los mejores”, y añade Castro que “la pesca no es un deporte diferente al tenis, por ejemplo, en el que la gente siempre suele ser la misma. Lo que tienen que hacer los demás es entrenar para hacerse su sitio, cosa que no es nada fácil”.
Jorge Gómez pescador de Alta Competición en Castilla La Mancha/ Fuente: Estefanía Gómez
Pero los pescadores no solo se ven afectados por los problemas económicos, existen otros problemas que hacen que las competiciones no estén al nivel que se espera. Arcay manifiesta que son muchas las cosas que habría que cambiar en la Alta Competición española, entre ellas destaca la forma de clasificar, el cuidar más al deportista o preparar mejor los campeonatos internacionales, respecto a lo primero coincide Oliveras ya que, según él, una de las cosas que habría que modificar es el sistema clasificatorio y en esto se debería “copiar a las mejores selecciones como Francia o la República Checa”. Pablo también asegura que la Alta Competición no está bien planteada y apunta, “yo apostaría por hacer lo que los demás países, dos divisiones y una selección mixta, parecida a la que tenemos ahora. Al ser la pesca un deporte en el que la suerte influye tanto, jamás llevaría a representar a mi país a nadie por un campeonato, llevaría a gente súper experimentada y que sea capaz de resolver situaciones diferentes que siempre nos encontramos en los diferentes países”.
Otro de los problemas que afecta de manera importante a la competición es el cambio continuo de las normativas y los materiales que se pueden o no se pueden utilizar. “Creo que no es bueno estar continuamente cambiando las normas de las competiciones. Realmente al equipo español no le ha afectado para nada las nuevas limitaciones impuestas por la FIPS (
Fédération Internationale de Peche Sportive) ya que el primer año que hubo que pescar con un bajo de 5’50 metros fue cuando yo gané el campeonato del mundo y conseguimos el bronce por equipos. Ahora que el bajo tiene que ser de un máximo de dos cañas de longitud, llevamos un campeón y un subcampeón de Europa y varias medallas por equipos”, relata David. El problema, como afirma Jordi es que “la línea de la prohibición es tan fina que es fácil rebasarla” pero asume que “para mejorar la técnica siempre habrá estos cambios, es marketing hay muchos que viven de este mundo, esto da vida”. Los hay perjudicados pero también beneficiados o, al menos, los que se saben adaptar a los nuevos retos como Pablo a quien no le preocupan los cambios y asegura, “simplemente los asumo e intento sacar el máximo rendimiento respetando las normas. Evidentemente la pesca es un deporte vivo y en continua evolución, pero hay gente que no lo ve así y que no quiere que esto evolucione”.
Las claves del éxito
Pero los problemas y obstáculos no les impiden destacar allí donde compiten y demostrar año tras año que son los mejores. Se adaptan, renuevan técnicas, las mejoran y las hacen suyas para triunfar, porque eso es la competición. Aunque es necesario algo más para mantenerse en la élite, y algunas de las claves del éxito de estos pescadores son “insistencia, mucho entrenamiento, tener capacidad para aprender, tener siempre buena información, tener los mejores materiales y competir lo máximo posible”, confiesa Jordi, mientras que Arcay indica que las suyas han sido “constancia, ilusión, tranquilidad, habilidad y humildad”. Y por supuesto, para competir al máximo nivel lo más importante es no confiarse e intentar mejorar cada día como asegura Pablo, “siempre he sido muy competitivo e inquieto, capaz de inventar una técnica de pesca y crear muchas de las cosas que hoy las vemos como normales.
Siempre he sido incansable y entreno todo lo que puedo”.
Pablo Castro en plena competición/ Fuente: Nacho Gracia
Entrenar mucho, esa es una de las principales claves para competir al más alto nivel. La suerte juega, en muchos casos, un papel muy importante, pero la experiencia es lo que determina el resultado final. Para los pescadores que compiten a este nivel todos los días que acuden al río son para entrenar, para probar nuevas moscas, materiales o técnicas. Las mangas de los campeonatos suelen durar dos horas, se limita el tiempo y espacio, por lo que los entrenamientos los viven como si estuvieran compitiendo, sin perder un segundo al meter la trucha en la sacadera ni en los lugares que saben que no van a sacar ninguna trucha. Muchas horas en el río que les hacen dejar de lado numerosas cosas y, eso, según Arcay es una de las peores cosas de la competición pero aclara que tiene mucha suerte porque su familia vive la pesca con él y eso es muy importante, porque así todos llevan mejor que él pase tantas horas en el río. Del mismo modo, Oliveras asegura, “lo peor de las competiciones y de emplear horas y horas en el río es dejar a la familia y a mi querida Isabel, que tiene una paciencia impresionante conmigo” y da un consejo a los que empiezan en esta modalidad, “primero es la familia, esto solo es un deporte, no pierdas la familia por la pesca”. Hay tiempo para todo, confiesa Pablo, para disfrutar de la pesca y estar con la familia pero declara que cada vez le da más pereza cuando va de competición y deja a su mujer e hijos en casa.
Estos deportistas no entienden la pesca sin la competición porque gracias a ella han mejorado como pescadores y como personas porque como apunta David las competiciones les aportan muchas cosas pero “principalmente muchos amigos en todas las partes del mundo, que realmente con los años es lo único que mantienes ya que los éxitos son pasajeros pero los amigos son para toda la vida. Y, después, esa adrenalina descargada en la competición que es aun mayor de la que te da la pesca deportiva. La posibilidad de medir tu calidad con la de otros competidores, el afán de superación. Y, por último, si todo va bien, los éxitos”. Por su parte, Castro se muestra muy convencido de que lo que más le aportan las competiciones es un estado de concentración superior que le permite no fallar y que todo salga bien.
Arcay con una captura/ Fuente: Estefanía Gómez
Mujeres en la competición
Probablemente, la competición tampoco se entienda sin ellos, porque son todo unos veteranos. Sin embargo,
quienes no son tan conocidas en la competición son las mujeres, porque en España la pesca con mosca a nivel competitivo está dominada por los hombres. “Me niego a decir que la pesca es un mundo de hombres, porque en casa tengo a una loca por la pesca, mi madre, que aunque no le gusta competir le encanta el mundo de la competición. Pero la realidad nos dice que hay un porcentaje mucho mayor de hombres aunque no tendría por qué ser así, ya que puede haber mujeres igualmente capacitadas para estar al mismo nivel en este deporte”, afirma David. Y, aunque Oliveras asegura, “conozco a bastantes mujeres, tanto en España como en el extranjero, que compiten, las hay muy buenas”, lo cierto es que la Alta Competición española es un mundo dominado por los hombres ya que, tanto las 32 plazas de la categoría absoluta como las 16 de la juvenil, están ocupadas por varones, aunque las mujeres tienen las puertas abiertas para llegar a lo más alto.
Un futuro incierto
Una situación difícil la que vive la pesca con mosca en competición, problemas económicos, cambios en las normativas y en los materiales, sistemas clasificatorios que no convencen a los pescadores… Problemas, que no impiden a los pescadores seguir disfrutando de lo que más les gusta, la pesca a mosca, ni a los deportistas de élite llevar a España a
lo más alto de la pesca mundial. Pero el futuro es gris y los pronósticos no son muy alentadores como apunta David, “ni los de la pesca a mosca, en general, porque los ríos cada vez están en peores condiciones, y si no nos volcamos con la pesca sin muerte y controlamos la contaminación nos vamos a quedar sin nuestro tesoro, la trucha. Y tampoco los de la competición porque si no se consiguen recursos para competir la gente va a acabar pasando de competir, ya que en la vida lo primero es la familia, lo segundo el trabajo y después todo lo demás, y la pesca está en el tercer grupo”.
Héctor Gómez pescador de Alta Competición/ Fuente: Estefanía Gómez
Pese a ello, muchos sueñan con ver la pesca con mosca en unas olimpiadas y creen que es posible como declara Oliveras, “el Comité Olímpico Español reconoció y respaldó nuestro éxito y nos otorgó una medalla, espero ver nuestro deporte como Olímpico, aunque cueste algunos años”. Después de mucho tiempo, esta modalidad de pesca recibía un reconocimiento así, en concreto, la
medalla del COE, la máxima distinción que otorga esta entidad a un deportista, la recibieron David Arcay, por su victoria en el Campeonato del Mundo de 2012, y la selección absoluta, de la que formaba parte Jordi Oliveras, por su
triunfo en el europeo de Portugal de 2012. Un reconocimiento que constituyó un hecho histórico para esta modalidad. Aunque otros como Pablo se muestran más pesimistas, “por supuesto que podría ser olímpica, pero es una utopía. Estoy seguro que ni saben que hay competiciones de pesca”, apuntilla el leonés.
La pesca con mosca, como otros muchos deportes, no están atravesando su mejor momento, sobre todo, en lo económico, pero las ganas, la pasión, la lucha y el potencial deportivo de las personas que compiten al máximo nivel, como Pablo, David o Jordi, hacen que los problemas queden a en un segundo plano, a la sombra de los títulos y éxitos de estos deportistas.
Fuente: El Observador de Castilla - La Mancha.