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Los pescadores de El Palmar forman un grupo de 12 tiradores a la espera del permiso para iniciar las batidas en el lago
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Su población ha ido en aumento los últimos años, en una cifra que oscila entre los 4.000 y los 10.000 ejemplares
Así lo confirmaron ayer fuentes de Medio Ambiente, al indicar que el permiso se concede por el grave daño que causan a la pesca estas aves y ser consideradas una especie invasora, introducida en el parque natural por el seguimiento que realizan en el Mediterráneo a los barcos de pesca de arrastre.
Su población ha ido en aumento los últimos años, en una cifra que oscila entre los 4.000 y los 10.000 ejemplares, según distintas fuentes consultadas. No obstante, la directora general de Medio Natural, Salomé Pradas, ha decidido acceder a la petición de los pescadores y autorizar la caza de los cormoranes.
El presidente de la Comunidad de El Palmar, José Caballer, comentó ayer que el pasado diciembre se celebró una asamblea en la asociación para acordar el grupo de cazadores. «Se presentaron una docena más o menos y ahora debemos pasar sus datos y las licencias de caza a la Conselleria», comentó.
Los cazadores se encargarán de las batidas, mientras que la Administración autonómica dispondrá la retirada de las piezas y su transporte a un vertedero autorizado. En la orden que se firmará el próximo mes, precisaron fuentes de Medio Ambiente, se definirán los días y zonas autorizadas para la caza.
En la Albufera no hay precedentes de esta práctica, aunque los pescadores sí encontraron un control similar de población en humedales de Santa Pola y alguna población alemana, comentó Caballer. Un cormorán, aseguró, es capaz de comerse un kilo de pescado al día, lo que multiplicado por toda la colonia que anida en los aledaños del lago produce un efecto devastador en la pesca.
Los 70 pescadores que trabajan a diario desde los embarcaderos de El Palmar se dedican fundamentalmente a la llisa y la anguila. Caballer dijo que «la temporada está resultado buena, sobre todo en lo que respecta a la llisa, y es un problema que ahora se reduzca por la llegada de los cormoranes».
Estas aves tienen más presencia en el parque natural cuando arrecia el frío invernal, al preferir lugares de temperaturas más suaves. Anidan en los árboles y tienen su hábitat natural de caza tanto en el mar como en el lago.
Por esa razón, no es extraño verlos lanzarse en picado a por un pescado en las inmediaciones de las playas de la ciudad y la Marina. Se trata de unos animales de gran porte, plumaje oscuro, pico fuerte y que son capaces de llegar a los 150 centímetros de envergadura.
Colonias diseminadas
Una vez que estén terminados los trámites administrativos podrán comenzar las batidas. «Hará falta hacerlas en varios lugares», comentó el presidente de la Comunidad, dada la extensión de las colonias de cormoranes en el parque natural.Además del enorme volumen de pesca que se llevan los cormoranes, también está el caso de las anguilas que quedan marcadas por los picotazos poco certeros. «Entonces nadie quiere comprar ese producto y lo tenemos que tirar», aseguró el presidente de los pescadores.
La temporada de pesca empezó el pasado 1 de octubre y se prolongará hasta el 30 de abril para la anguila y el 30 de junio para las capturas de llisas. Algunos años, debido al descenso en las capturas, se ha adelantado el final de la campaña.
El cormorán pasará de ser uno de los grandes depredadores en la Albufera a convertirse en víctima del control de la población, para mantener unas cifras aceptables de capturas en la pesca, reducida desde hace años por las malas condiciones del lago desde hace décadas.
Fuente: LAS PROVINCIAS.ES
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