domingo, 22 de marzo de 2015

La pesca de río gana al fútbol en número de seguidores



La apertura de la veda de la trucha abre la temporada de pesca de río en Galicia. Desde el domingo 15 de marzo hasta el 31 de julio, o hasta el 30 de septiembre en cotos intensos.

 

Un pescador en el río. 


*      Francisco J. Gil
 

Se calcula que entre cincuenta y sesenta mil gallegos practican la pesca de río. Aunque su presencia mediática es más bien reducida, la pesca deportiva supera en licencias al deporte rey, el fútbol.
¿Cuáles son las especies pescables en Galicia? ¿Dónde están los cotos más solicitados por los pescadores? ¿Cuánto cuesta un equipo básico para echarse al río? ¿Qué requisitos son necesarios? Hemos hablado con miembros de la Federación Galega de Pesca para dar respuesta a esas preguntas. José Manuel Rey Alvela es el presidente de una federación que agrupa a asociaciones de toda Galicia en la que se encuentran federados nada menos que tres mil deportistas. “La cifra es relevante, pero solo indica el número de los pescadores que participan en campeonatos deportivos oficiales. Para dedicarse a la pesca deportiva no es necesario federarse y, de hecho, la mayoría no lo están”, explica Rey Alvela.
El primer requisito que hace falta para ser un pescador legal es disponer de una licencia de pesca, expedida por la Consellería de Medio Ambiente. El coste de una licencia oscila entre los 10 euros para menores de edad y mayores de 65 y los 19 para los pescadores de entre 18 años y 65 años. La pesca de salmón y de reo tiene un suplemento adicional de cerca de 6 euros. Las licencias tienen validez por un año y se pueden renovar anualmente, pagando la correspondiente tasa.  A partir de ahí dependerá de si se va a pescar en tramos libres, si es pesca sin muerte o si se acude a los cotos de pesca, en los que será necesario solicitar un permiso previo, cosa que se puede hacer habitualmente en un bar o establecimiento cercano.  También se puede realizar a través de la página web de la Consellería de Medio Ambiente (https://www.xunta.es:444/pescafluvial/index.php). Por último, existe un sorteo anual de permisos que se suele llevar a cabo a finales del año anterior, para aquellas personas que desean solicitar con antelación los cotos en los que quieren pescar.
Este sorteo nos ha servido de referencia para señalar los cinco cotos de pesca más solicitados por los pescadores gallegos. Un ranking que encabeza en coto de Baio en el río Grande, entre los municipios de Zas y Vimianzo, seguido del de Santa Comba, en el municipio del mismo nombre, ambos en la provincia de A Coruña. En tercer lugar está el coto de Ponte Liñares, en el río Limia, en Bande y el quinto, el Coto de Ximonde, sobre el río Ulla a caballo entre las provincias de A Coruña y Pontevedra.
A Coruña en cabeza
La provincia de A Coruña es la que cuenta con más practicantes de este deporte y también con más cotos de pesca. Aunque solo uno de cada veinte pescadores se federa, muchos pertenecen a sociedades de pesca o las antiguas sociedades de caza y pesca. "No sabría con exactitud cuántas sociedades de pesca hay, porque algunas tienen la pesca no como única actividad y son también de caza --explica Jesús Bolaño, presidente del comité de salmónicos de la federación --, pero la cifra mínima de sociedades en torno a las que se reunen los pescadores gallegos superan las sesenta. Y aún así, hay muchos pescadores que van por su cuenta."
A la vista de estas afirmaciones, cabría pensar que el pescador es un deportista solitario. Sin embargo, la realidad contradice esa primera impresión. "La pesca es un deporte social. Se va con amigos o con familiares. A veces la pesca es el vínculo de amistad entre un grupo de personas que salen al río juntos, están unas horas pescando, luego van a comer un churrasco a un bar cercano..."
El número de pescadores ha descendido notablemente en Galicia. A mediados de la década de 1990, se expedían más de 90.000 licencias de pesca al año. En los últimos años la cifra supera con estrechez las 55.000.
En Ourense hay una tradición muy arraigada, aunque los embalses han desfigurado bastante el  perfil de pesca que aquí se desarrollaba hace medio siglo. El salmón se queda al pie del embalse de Frieira y lo mismo sucede con el resto de las especies que son anádromas o catádromas, es decir los peces marinos que vuelven al río a desovar, como el salmón, el reo o la lamprea, y los peces de río que van al mar a reproducirse, como sucede con la anguila.
La pesca sin muerte se ha convertido en una de las modalidades que más crece en interés y seguimiento por parte de los pescadores.  "¿Te imaginas un futbolista que va al campo y no consigue balón? Pues para nosotros el pez es el balón. Y si queremos encontrárnoslo a la siguiente vez, tenemos que preocuparnos de su salud y de que pueda vivir. Por eso cada vez somos más los pescadores que preferimos la variante sin muerte", explica  Bolaño.  Como experto en salmónidos (trucha, reo y salmón), Jesús Bolaño nos revela que en "el paraíso de la trucha gigante está en Ourense mismo, en pleno núcleo urbano". Se trata de un coto si muerte en el tramo del río Miño que pasa por el centro de la ciudad. "Tampoco está mal el río Barbantiño, que ha recuperado bastantes peces". Sobre el Limia, uno de los ríos históricos, los embalses los han perjudicado bastante, al igual que la contaminación. "Pese a ser un río que está bastante perjudicado, el coto de Ponte Liñares siguie siendo uno de los más solicitados por los pescadores".
Las normas para pesca son muy estrictas en cuanto a horarios y fechas. El reo y el salmón no empezarán hasta mayo. En algunos embalses se puede pescar todo el año. Y hay especies para las que no existe veda, como sucede con las alóctonas, es decir, aquellas que fueron introducidas en el ecosistema gallego y que están causando un gran perjuicio, como el cangrejo americano, el black bass, etcétera. Otras, por el contrario, están vedadas de forma permanente, como ocurre con la anguila y el escalo. Abundantes hace menos de medio siglo, ahora apenas se encuentran en algunos tramos y no en todos los ríos. El esturión desapareció de los ríos gallegos a principios del siglo XX, cuando incluso se utilizaba como abono en los labradíos del bajo Miño.
Un deporte barato
Al margen del precio de la licencia y el permiso, pescar es una actividad que no tiene un coste elevado para quien la practica. "Si alguien se quiere iniciar, primero ha de ir con algún pescador más veterano. Por lo general siempre comenzamos de la mano de un familiar o de un amigo que ya está versado. Si no tiene a nadie en su entorno, en cualquier sociedad de pesca encontrará compañía que le introducirá en el deporte", señala Jesús Bolaño. Sobre el el "kit" de iniciación, los veteranos recomiendan no excederse en el presupuesto. "Es mejor empezar con un equipo muy básico y económico, que no pasará de los 20 ó 30 euros, y una vez que te sientas seguro y decidido a seguir, hacer una inversión mayor".
El equipo estándar se encuentra entre los 100 y los 200 euros. "Con 200 ya conseguimos un "full equip" completo, incluyendo unas buenas botas, caña, carrete, sedal, anzuelos... todo lo necesario", indica Bolaño. Sin embargo, a la hora de poner el listón por arriba, le resulta difícil encontrar el límite: "Hay precios para los más caprichosos y sibaritas: desde cañas que cuestan 3.000 euros, botas de seiscientos... ".

Fuente original: LA REGIÓN




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