Pablo G. Valero|
Actualizada 19/03/2014 a las 08:48
“Los ríos se están cerrando”, indica Enrique Romera, delegado provincial de la federación regional.
Un pescador en aguas trucheras. .Luis Ángel Tejedor
“Creo que esta ley va a ser la antesala para que la trucha se tenga que pescar sin muerte en toda Castilla y León, pero por imposición de la administración, eso está claro”.
Esta frase, pronunciada por Enrique Romera, delegado provincial de la
Federación de Pesca de Castilla y León, resume la postura de los
pescadores de la provincia y de la comunidad en general
ante la entrada en vigor de la nueva Ley de Pesca que la Junta de Castilla y León aprobó a finales del pasado año.
En especial,
sus protestas van enfocadas al título del documento
que establece que la trucha común pasa a ser Especie de Interés
Preferente argumentando su importancia ecológica y deportiva.
“La trucha siempre ha sido la reina del río Duero, pero no porque fuera
la que más abundaba sino porque era el pescado por excelencia”, indica
Jesús Aldea, aficionado a la pesca.
“Pero en el río no sólo hay
salmónidos, hay muchas otras especies como pueden ser los ciprínidos, el
barbo, la boga, la carpa, etc. Y esta ley anula completamente al
pescador de cebo natural que va a pescar barbos con cebos
naturales porque, como son aguas trucheras, no puede pescar con cebo
natural, aunque allí habiten otros peces”, apunta el pescador.
Con la nueva regulación, l
a captura de pesca con muerte sólo será posible en unos tramos de río regulados y publicados en el BOCyL, previa solicitud de un pase de control.
En dichas zonas, sólo se podrá ‘sacar’ un cupo de dos truchas.
Ambos pescadores coinciden en que el gran perjudicado con la nueva ley, que se aplicará en Soria cuando se abra la temporada, el próximo 6 de abril,
es el pescador tradicional, puesto que este “solamente podrá practicar la pesca en dos modalidades: mosca y cucharilla”.
“Los ríos se están cerrando”.
“Con esta ley no se va proteger ni al río ni a los pescadores, lo único que quieren es
controlar a los pescadores, saber que un señor está ocupando un tramo u otro de río”, explica Aldea.
“El comentario que está en la calles es que lo que quieren hacer es privatizar el río para cobrar esos pases de control,
hasta ahora no lo han hecho pero no sé si en un futuro lo harán o no lo
harán”, completa Romera, que lamenta que “los ríos se estén cerrando”.
Y esto molesta, y mucho, a los pescadores, a quienes no les gusta que se
les diga lo que tienen que soltar o no tienen que soltar. “Hoy,
afortunadamente la caza está enfocada como un deporte y, aunque la ley
permita que el pescador deportivo se pueda llevar unos peces,
más del 80% de los pescadores deportivos soltamos los peces”, apunta Aldea.
El estado de los ríos sorianos
Los pescadores insisten en que la nueva Ley de Pesca ataja el
problema de la despoblación de la trucha desde un punto de vista
inadecuado. “El número de truchas está desapareciendo de los
ríos pero no es por los pescadores. Es decir, lógicamente los pescadores
se llevan truchas, pero la caña no mata, la calidad del agua sí”,
indica el delegado provincial de pesca, que cree que se podría
solucionar la sitaución de forma diferente.
Su propuesta, en la que coincide con Aldea, pasaría por mejorar el estado de los ríos sorianos y
de los tres escenarios deportivos de la provincia: el situado en
Donbellas, el de Valedealvillo y el de ciprínidos de San Saturio.
“Todos ellos están inaccesibles. No se ha realizado ninguna
labor de mantenimiento y la vegetación, tanto de ribera como de
arbolado, ha crecido muchísimo y sin control”, aseguran los
pescadores. “Podrían empezar por ahí, porque a mí me parece muy bien
que se suban las licencias pero siempre que repercuta en cuidar y
guardar el río”, propone Aldea.